“Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?” Salmos 11:3.
Vivimos en una sociedad en ruinas: La familia está en escombros; las instituciones de gobierno apestan; y gran parte de la iglesia se encuentra en estado terminal. No hay que tener muchos dedos de frente para darse cuenta de que el mundo que hemos conocido está cambiando, que los valores de la tradición judeocristiana occidental hacen aguas. Y de ahí que la pregunta del salmo sea tan pertinente:
¿Qué puedes hacer, cristiano, cuando los fundamentos están en ruinas?
Propongo algunas respuestas en los días que vienen en la serie de “pensamientos”. La respuesta de hoy la tomo directamente de este salmo. Ella es el fundamento de las respuestas de los siguientes días.
Primero: recuerda que “Jehová está en su santo templo; Jehová tiene el cielo en su trono; sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres” (Salmos 11:4). Dios no ha perdido el control. La rebelión de los hombres no escapa a su soberanía. Él sigue cumpliendo, en todas las cosas, sus propósitos eternos.
A parte de este convicción, lo único que nos resta es el desespero. Pero no podemos ceder a semejante pecado; entre otras cosas, porque Dios está probando a los justos mediante el deterioro de la sociedad – “Jehová prueba al justo” (Salmos 11:5). El momento que estamos viviendo pone a prueba la fortaleza de nuestra fe en el Dios Soberano y nos provee la oportunidad de brillar con una luz singular en las tinieblas.
Segundo: Dios juzgará el pecado de los hombres – “Sobre los malos hará llover calamidades …” (Salmos 11:6). Somos llamados a seguir viviendo en rectitud y sembrando la paz, porque sabemos que Dios es Juez justo y él vindicará la causa de sus hijos. Esta convicción nos ayudará a no responder al mal con el mal, sino con el bien. ¿Por qué? Porque “El hombre recto mirará su rostro” (Salmos 11:7b). Al final la causa de los justos prevalecerá, veremos Su rostro, brillaremos con su gloria. Por lo tanto, vale la pena ponernos manos a la obra para edificar los fundamentos que han caído, por restaurar los muros de la ciudad.
Pedro Blois