Pregunta 22: ¿Por qué tiene el Redentor que ser verdaderamente humano?
«Para que en su naturaleza humana pudiera obedecer perfectamente toda la ley y sufrir el castigo del pecado humano en nuestro lugar; y también para que pudiera compadecerse de nuestras debilidades.»
MAYO 28
En ocasiones, en nuestra lucha contra el pecado, somos llevados a gemir junto al apóstol Pablo: «¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?» (Romanos 7:24). Como cristianos, sufrimos un conflicto fortísimo contra las pasiones del pecado en nuestros corazones, y, más veces de las que desearíamos, cedemos al pecado. ¿Qué hacer ante esta realidad? Ciertamente debemos aprender a dar muerte al pecado y crecer en la vida de piedad; pero antes, hemos de seguir al apóstol Pablo diciendo: «Gracias doy a Jesucristo, Señor nuestro» (Romanos 7:25). El apóstol recuerda que Jesucristo sufrió el castigo de nuestros pecados. ¡Esta es nuestra única esperanza! Batallamos contra el pecado, sabiendo que hemos sido amados y perdonados por la sola sangre del Redentor. ¡Aleluya!
Leer: 1 Juan 1:5-2:2.