Pregunta 11: ¿Qué exige Dios en el sexto, séptimo y octavo mandamiento?
En el sexto, que no le hagamos daño, ni odiemos, ni seamos hostiles a nuestro prójimo, sino que seamos pacientes y pacíficos, tratando incluso a nuestros enemigos con amor. En el séptimo, que nos abstengamos de la inmoralidad sexual y vivamos en pureza y fidelidad, ya sea en el matrimonio o en la soltería, evitando cualquier acción, mirada, palabra, pensamiento o deseo impuro, y cualquier cosa que conduzca a ellos. En el octavo, que no tomemos sin permiso lo que le pertenece a otro ni retengamos cualquier bien que puede ser de beneficio para otro.
MARZO 15
En el aspecto negativo, el octavo mandamiento nos llama a no practicar ninguna forma de hurto. En nuestra sociedad, además del robo evidente, este mandato implica que seamos honestos en el pago de nuestros impuestos, y en el uso que hagamos de las ayudas del gobierno. No debemos recibir ayudas que no nos correspondan. También debemos evitar comer de balde cuando tenemos la capacidad de trabajar. El apóstol Pablo afirma categóricamente: «Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma» (2 Tesalonicenses 3:10b). Por otra parte, no debemos privar a nadie de aquello que sea de su beneficio. No robemos el tiempo que corresponde a nuestras familias, ni el servicio que debemos a nuestros hermanos. No dejemos de dar aquello que es necesario para el sostenimiento de la iglesia o la extensión del Reino de Dios (¡las misiones!). Queridos hermanos, ¡obedezcamos el octavo mandamiento!
Leer: 2 Tesalonicenses 3:7-15.