Pregunta 7: ¿Qué exige la Ley de Dios?
Obediencia personal, perfecta y perpetua; que amemos a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas; y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Nunca debemos hacer lo que Dios prohibe, y debemos hacer lo que Él ordena.»
FEBRERO 12
No es suficiente una obediencia externa a los mandamientos divinos. A Dios le interesa nuestro corazón. Por esta razón, somos llamados a amar a Dios. El amor es la obediencia del corazón. Cuando amamos a Dios, nuestros pensamientos más profundos, los afectos del alma, y nuestra voluntad, son acordes a la voluntad divina. El problema del religioso – en los tiempos de Jesús y en los nuestros – es que desconecta las acciones externas de las motivaciones del corazón. ¡Roguemos a Dios para que no caigamos en semejante error! Recordemos que amar a Dios con nuestros corazones es el primer y más importante de los mandamientos.
Leer: Marcos 12:28-34.